sábado, 10 de agosto de 2013

( Sin titulo por el momento \o/ )

-Describa a la señorita Breckenridge con una palabra por favor.- Dijo el psicólogo
-Escurridiza...-Dijo Greg luego de una pausa y esbozo una sonrisa.

Por su mente paso aquel día en el que vio a Keela por primera vez. Era una fría tarde de otoño, había pasado a recoger al instituto la ficha de calificaciones de su hermano, un muchachito de 17 años desinteresado pero muy brillante. Estaba cansado y molesto, aborrecía las reuniones con maestros y mas aun cuando el no era el estudiante. Su madre era quien se encargaba de los asuntos escolares de los muchachos, pero poco menos de un año antes de la graduación de de Greg, falleció de cancer. Fue una de las situaciones mas duras por las que aquella familia tuvo que pasar, y hasta ese momento, comenzaban de a poco a recuperarse. De este modo al mayor le fue encomendada la situación estudiantil de Tom para aligerar la carga de su padre.

-No puedo creerlo- Dijo para si. -Como puede esta gente estar aquí tan tranquilamente sin querer matarse entre ellos? Creo que he perdido la esperanza en la humanidad.
Mientras trataba de abrirse paso entre la multitud de padres enojados, no podía evitar sentirse como uno de ellos, los años seguían pasando. Al recordar la primera vez que estuvo en el instituto, desde ahí todo el tiempo que paso, a cada paso que daba, Greg se sentía cada vez mas cansado, con un mareo extraño y una especie de sopor lo envolvían " 23 años no vienen solos", pensó justo antes de darse cuenta de lo estúpido que eso sonaba. Con lentitud entro al despacho de la Señora Howts, maestra de historia quien lo reconoció al instante.

- Señor Greg! que placer verlo aquí! años sin cruzarme con usted... -Dijo mientras se contoneaba de emoción- Supongo que viene por las notas de Tom, nada comparado con usted por supuesto que era tan buen alumno.
-Buenas noches señora Howts, si, he venido por esa razón.
-Entonces cariño no te hago perder mas tiempo, el muchacho reprobó 5 asignaturas y tiene problemas de comportamiento. Por cierto, cielo recuerdale a tu padre que debe venir a hablar de eso el próximo viernes.
-Si señora Howts, muchas gracias- Dijo saliendo apresurado mientras la enana regordeta  trataba de zamparle un beso.

(Reproduzca esta canción para mejorar el efecto de la lectura :D http://www.youtube.com/watch?v=RS_ux2H473I  )

Por fin libre de este asunto, apresuro el paso y decidió visitar la biblioteca del instituto antes de irse, ese lugar donde estuvo semanas enteras leyendo y escondiéndose de los matones que le montaban persecución. Al llegar a la puerta de esa que fue su guarida durante tantos años, no pudo evitar esbozar una sonrisa de nostalgia, había pasado ya bastante tiempo y el no era el mismo Gregory Wellington que había salido por esas puertas varios años atrás. Con una memoria llena de recuerdos y un corazón cargado de emoción caminó entre las mesas observando los libros y riendo ante algún recuerdo fugaz. Luego de un tiempo allí, busco su libro favorito, ese que nunca se cansaría de leer y al que tanto afecto le tenia. Estantería D, quinceavo de derecha a izquierda... el libro no estaba. Con algo de esperanza busco alrededor, quizá lo hubieran archivado mal, o solo se hubiera caído. Nada, "Dos Sorbos de café para el frío invierno" no se hallaba entre los estantes. Con un suspiro de desilusión se dio la vuelta para salir, pero algo atrajo su mirada.

En un rincón de la sala, vestida de negro, el cabello teñido de azul índigo y "escondida" entre una gigantesca montaña de libros, se encontraba una preciosa jovencita leyendo emocionada. Greg tragó saliva observando deslumbrado por la belleza de la chica, que estaba ante sus ojos como una aparición. Justo en ese momento unos grandes y expresivos ojos verdes salieron de detrás de el libro. Greg se sobresaltó y su corazón dio un vuelco, tenia que decir algo, y mientras pensaba en como justificar su actitud de acosador, la joven se había puesto en pie y había huido de su "fortaleza".

Greg sabia que si no era justo en ese momento, no volvería a verla jamás, así que sin pensarlo dos veces, fue tras ella...