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"- Bu-buee-eenos dias, mi nombre es Marina, Marina Goldker. Tengo una cita con e-eel Señor Dhony, po...
- Siga y espere, la llamare cuando sea su turno.- Dijo la mujer de el mostrador mientras observaba a la joven de pies a cabeza con reprobación.
"- Bu-buee-eenos dias, mi nombre es Marina, Marina Goldker. Tengo una cita con e-eel Señor Dhony, po...
- Siga y espere, la llamare cuando sea su turno.- Dijo la mujer de el mostrador mientras observaba a la joven de pies a cabeza con reprobación.
Avanzó hasta la silla del fondo y se sentó. Nerviosamente alisó las arrugas de su vestido y arregló los pliegues, por millonésima vez. Estaba muy ansiosa por este asunto, necesitaba generar una excelente impresión en Barborious Dhony, socio de una gran multinacional y dueño de la cadena hotelera mas importante a nivel del mundo, que por lo que le habian dicho, era fiel amante del orden, las buenas costumbres y la disciplina, un hombre serio y bastante exigente. Desde esta perspectiva, Marina tenia bastantes razones para estar tan alterada, a pesar de ser una muchacha muy bonita y agradable, era bastante insegura y timida, asi que la sola idea de hablar con este intimidante sujeto por media hora le hacia revolver el estomago. Despues de largos minutos de aguardar, la voz de la secretaria resonó en la sala de espera.
-Señorita Goldker, ya puede pasar a la oficina, haga el favor de llenar este cuestionario antes de irse.
Con delicadeza, recibió la hoja y la guardo en su maletín, ya la llenaría después. Llenándose de valor, Marina respiró hondo y entró...
Se encontró con una habitación de color gris ratón, perfectamente ordenada y aseada. Las paredes, llenas de diplomas y certificados la hacian sentir diminuta, al mismo tiempo que asombrada. Luego de un rápido recorrido visual, fijó su vista en el grande y antiguo escritorio de caoba al final de la habitacin, frente al cual estaba sentado un hombre robusto´y de aspecto serio, que intrigado, analizaba a la jovencita que como un timido fantasma acababa de entrar a su despacho.
Se encontró con una habitación de color gris ratón, perfectamente ordenada y aseada. Las paredes, llenas de diplomas y certificados la hacian sentir diminuta, al mismo tiempo que asombrada. Luego de un rápido recorrido visual, fijó su vista en el grande y antiguo escritorio de caoba al final de la habitacin, frente al cual estaba sentado un hombre robusto´y de aspecto serio, que intrigado, analizaba a la jovencita que como un timido fantasma acababa de entrar a su despacho.
-Buenos dias Marina, Bertha dijo que vendria, no creia que tan pronto... despues de todo, aqui está.- Dijo El Señor Dhony esbozando una sonrisa.- Sientate debes tener mucho que mostrarme.
La muchacha bajó la cabeza apenada y a sabiendo que ya no podia hecharse para atrás, con una expresion de coraje, sacó una carpeta llena de fortografias..."
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